El nuevo informe del Ministerio de Sanidad es claro: las condiciones laborales son un determinante clave de la salud mental.
Cuando el empleo es digno, estable y con reconocimiento, puede ser fuente de propósito y bienestar.
Pero cuando está marcado por la precariedad, la sobrecarga, el acoso o la falta de apoyo, se convierte en una de las principales causas de sufrimiento psíquico.
👉 El documento propone una hoja de ruta para que el sistema sanitario reconozca y vigile los problemas de salud mental derivados del trabajo. Algo urgente en un país donde todavía ningún trastorno mental figura en la lista de enfermedades profesionales.
En Alere lo vemos cada día: profesionales de la intervención social que sostienen realidades muy duras en condiciones laborales frágiles, cargando con estrés, ansiedad y burnout. Lo que debería ser reconocido como un problema estructural, muchas veces queda reducido a la esfera individual y medicalizado.
🌱 Hablar de salud mental laboral es hablar de derechos, de justicia social y de prevención.
No es un lujo: es una inversión en vidas, en calidad de los servicios y en cohesión social.
¿Crees que nuestras instituciones están preparadas para dar este paso y reconocer el impacto real del trabajo en la salud mental?