El gran ausente en el convenio del sector social: el cuidado de quienes lo hacen realidad.

El actual Convenio Colectivo Estatal de Acción e Intervención Social (2022–2024) incorpora medidas en materia de condiciones laborales, incluyendo incrementos salariales, reducción de jornada, ampliación de permisos y mejoras en salud laboral y formación.

Sin embargo, desde una perspectiva de autocuidados, entornos de trabajo saludables y cultura de los cuidados, aún existen áreas que podrían fortalecerse.

A continuación, se presentan propuestas concretas para mejorar estos aspectos en futuras revisiones del Convenio:

Análisis desde la cultura del cuidado:

El trabajo en intervención social no es una tarea neutra: se sostiene desde la entrega emocional, la exposición al sufrimiento ajeno y la precariedad estructural. Sin embargo, esta realidad no siempre se traduce en condiciones laborales que protejan el bienestar físico, mental y emocional de quienes lo ejercen.

En el II Convenio Estatal aún falta integrar con profundidad una cultura de los cuidados como eje estructural, no como beneficio accesorio.

 

¿Qué avances reconocemos?

  • Reducción de jornada: Se han reducido 11 horas anuales en 2023 y otras 11 en 2024, junto con un día adicional de asuntos propios, lo que favorece la conciliación.
  • Flexibilidad horaria y teletrabajo: Se contempla la negociación de condiciones para el teletrabajo y la desconexión digital, promoviendo un mejor equilibrio entre vida laboral y personal.
  • Formación continua: Se establece un plan de formación obligatoria para garantizar que los empleados estén actualizados en las mejores prácticas del sector.
  • Salud laboral: Se implementan nuevas medidas de prevención de riesgos laborales, incluyendo evaluaciones periódicas y programas de apoyo psicológico.

 

Áreas de mejora y propuestas:

  • Evaluación de riesgos psicosociales: Aunque se mencionan medidas de prevención, no se detalla la implementación de evaluaciones específicas de riesgos psicosociales adaptadas al sector.
  • Supervisión profesional: No se contempla la supervisión como herramienta de cuidado profesional y prevención del desgaste emocional.
  • Protocolos de autocuidado: Falta una guía clara sobre prácticas de autocuidado y gestión emocional para el personal.
  • Participación en la cultura del cuidado: No se establecen mecanismos para fomentar la participación activa de la plantilla en la construcción de entornos laborales saludables.
  • Integrar la perspectiva de género en la salud laboral: Asegurar que las medidas de prevención y promoción de la salud consideren las diferencias de género y las necesidades específicas de las trabajadoras.

 

Adoptar estas propuestas contribuiría a fortalecer la cultura del cuidado en el sector de la intervención social, promoviendo entornos laborales más saludables y sostenibles para las personas que desempeñan un papel fundamental en nuestra sociedad.

👉🏽 Un convenio que no nombra la supervisión emocional, los riesgos psicosociales o el autocuidado profesional sigue siendo insuficiente.

El cuidado no puede ser un extra, ni una nota al pie.

Tiene que estar en el centro del modelo laboral.